martes, 20 de octubre de 2015

Indigno de ser humano - Osamu Dazai

El recuerdo de mis primeras lecturas adolescentes despierta en mi boca el sabor de bukowski. Esa fue una de las primeras impresiones que me evocó la primera decena de páginas de este libro. Mientras el relato avanza, voy sintiendo que estoy en un infierno menos superficial que el del escritor gringo; dazai camina por el lago tocando el fondo con la puntita de los dedos, bukowski se dedica a flotar. Creo que no hay ninguna linea que resuma mejor esta novela que el dialogo final (alerta de spoiler) cuando la mujer declara que, incluso cuando bebía, Yozo era una buena persona. Este plano-significante se explica como una vida tortuosa que parece no haber existido nunca para el conjunto de personas que rodeaban a Yozo. Un sufrimiento invisible, absorbido, que está en el núcleo de la existencia, que consumiría más de una vida para detectarlo, y que sin embargo dazai describe de manera magistral. La pugna desencadenada entre la preexistencia de normas y Yozo se toma todo el relato. Desde las convenciones sociales más anodinas, hasta el más intrincado de los mecanismos sociales, se convierten en una especie de trampa egipcia que aprisiona la concepción de Yozo sobre la vida. Trampa, de la que nunca supo como escapar.